¿Evitar la guerra lingüística?
El pasado 22 de diciembre el Tribunal Supremo (TS) dio a conocer tres sentencias que, más allá de resolver sendas reclamaciones particulares, suponen una desautorización del modelo lingüístico-escolar de Cataluña. Se trata del llamado "sistema de inmersión", que se caracteriza por tener el catalán como lengua vehicular y el castellano como asignatura obligatoria. Según el TS, que interpreta a su manera la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, el castellano debe ser "reintroducido" como lengua vehicular en todos los cursos de enseñanza obligatoria, en una proporción que corresponde fijar a las autoridades educativas catalanas. El entonces consejero de Educación de la Generalitat, Ernest Maragall, quitó hierro a este revés judicial, con el argumento de que el Supremo "no anula ni obliga a modificar ningún precepto ni artículo de la normativa vigente". El argumento es débil, porque tanto Maragall como su sucesora, Irene Rigau, saben que ...